Intentaba escibir algo acerca de la zaga de espontáneas verdades que durante una conversación fui obteniendo. Sin sostener ni predicar acerca de la verdad, pero sí optando por la relatividad de la misma, debo decir que había obtenido, para aquel entonces, muy buenas conclusiones. Destaco entonces el momento aquel, y digo, ahora, que ya ni las recuerdo.
Sí regreso al instante en que concluía y acordaba con mi interlocutor algo acerca de la mutación. -No es cuestión de ideologías, decía él. Rescato entonces mi estado de duda y mi, probablemente insinuante imagen de confusión. Ese instante, y sólo ese, conservarán para sí aquella gran verdad que surgió en mí y sólo para mí unos segundos después de emitir mi respuesta que, claro está, tampoco recuerdo.
viernes, 25 de julio de 2008
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