Él, cuando está, parece que no tuviera ganas de estar. Pero siempre emana una calma que fortalece. Un respiro a tanta euforia.
Mientras la cabeza vuelve locos a los corazones, Juan transita, lento, su camino hacia adelante. Dice no esperar nada de la gente. Yo, lo dudo. Yo, quiero que de mí esperes, porque yo te quiero dar...
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