miércoles, 21 de mayo de 2008

De más (y de menos)

Quisiera tener un séquito de gente solucionando todo eso que voy quebrando al pasar. Quisiera que cada vez que muevo el pie, alguien por detrás limpie mi huella. Quisiera que cuando mi mirada no se dirige hacia donde debería, alguien a mi lado se encargue de voltear mi cabeza hacia el verdadero rumbo. Quisiera que mis palabras atravesaran un filtro con más sentido común y criterio que el mío. Quisiera ser esa que me creía ser. Quisiera ser quien creés que soy, pero no soy. Quisiera que fueras como sos, sin serlo. Quisiera no haber dicho, y no decir nunca más. Palabras, palabras. Siempre de más, pero nunca suficientes. Quisiera poder dejarlas pasar. Quisiera remendarme, y volver al ruedo. Quisiera comprenderme. Quisiera que me comprendas.
Pero no.
Ahí estoy, escandalizada, volviendome parte de esa masa insufrible de mujeres al borde del abismo. Ahí me veo, otra vez. La histeria me recorre la piel como un líquido, como agua servida. Ahí estoy, siendo esa que no debería, que no querría ser.
Acá estoy, pensando en todo lo que debía y podía. Culpas innecesarias... remordimiento. Horrible sensación. No quiero verte acá, pero tampoco recordarte ahí, antes, porque tus gestos se cuelan en el recuerdo y me estremezco de indecisión. Recuerdo un abrazo que quiso serlo todo. Pero no lo fue. Culpa. Otra vez.
Un momento que pudo no ser. Pero fue. Y volverá a ser, lo sé. Decir de más... y no decir. Decir de menos, y actuar de más.
Palabras de más. Nunca suficientes, siempre de más.

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