Hombros de fuego, y caderas de miel... extraña mezcla de mujer. Enredada como pocas, sos una luz de noche para quienes buscamos sin cansarnos lo que no podemos encontrar. Lo negativo de tu decir me recuerda a mi, y me hace querer. Hablar y oir.
La muerte no nos convence por igual, y eso me gusta, me asusta, y me configura. Me enloquece, y me renueva lo real...
Severa, y dulce, ruda, y extra sensible, corajuda, e insegura, fuerte, y dudosa... hermosa.
Hermosa.
lunes, 4 de febrero de 2008
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