viernes, 4 de enero de 2008

Crónica de un desencuentro VIII

El maremoto pasó.
Y ya es tiempo. De ver.
El siguiente encuentro ocurrió un tiempo más tarde.
La niña ya se encontraba libre. Para no pecar.
Concurrieron algunas caras a su casa. Entre esas, estaba aquella que le hacía transpirar de duda.
Se dijeron muchas cosas. Algunas reventaron sus nervios. Pudo palpar la crueldad. En su máxima expresión. Él sabía qué decir y cómo. Y ella también. Y se hicieron mal.
Mucho mal.

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