El querer y el poder son amigos en mi diccionario.
Pero el querer, exorbitante, siempre es el más fuerte.
Para el poder, poder siempre significa poder.
Para el querer, querer significa tantas querencias que no hay vida que las memorice, ni cuerpo que las perciba todas. Eso, supera al poder. Porque poder es querer, pero querer no es poder. No lo contiene, y eso lo purifica, lo eleva en contenido.
Querer.
Que grato es querer. Querer asi.
O así.
O querer.
viernes, 18 de enero de 2008
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