Entre medio de tanto ruido, una decisión, un criterio, surgió en ella y se perpetuó en el tiempo. Sólo que sólo ella lo supo. LLegó el día en que su libertad no le permitió ser. Fuerte. Y no fue.
Y él se enredó tanto en su propio tallo que un día, una vez, aquella vez, respiró su veneno.
Y él se enredó tanto en su propio tallo que un día, una vez, aquella vez, respiró su veneno.
1 comentario:
La vida está creada de una sucesión infinita de desencuentros... nunca podemos vernos a los ojos sin mirar el reloj.
Saluditos.
Publicar un comentario