martes, 13 de noviembre de 2007

Campos de crema


Las luces dejaron sus huellas en mí. El láser penetró mis sentidos y mi percepción. Tal como sólo Huxley pudo describir, las puertas de la percepción se abrieron para nunca más cerrar. Un sesgo de viento ingresó para vertiginosamente quedarse en mi cabeza generando energía, gozando con mi desconcierto, riendo de mi ingenuidad olvidada en la ansiedad. La crema recorre mis manos buscando humedad. Otras manos las recorren también, buscando compañía. El azúcar corre. Velozmente. El agua fluye, sagaz. El tiempo se detiene, y miro al cielo. Una caja verde, un destello de poder que me atrapa desde arriba y me envuelve entre sedas de comodidad. No puedo evitar sentirlo. No quiero. La tiniebla desaparece lentamente, para encontrarme despierta entre aves danzantes, y curvas lineales que redondean mi espasmo intelectual. La emoción crece. El miedo comienza a desaparecer. No temo verte, no temo. La inquietud se presenta en forma de aire espeso. Espero, porque sé que me espera. En el aire se respiran ansias de más, y más. Pero ese aire no me toca, ni siquiera llega a rozarme. Somos sólo nosotros, sus hijos. Un brazo se acerca para acompañar. Lo percibo, pero no logra llegarme. Mis sentidos no están preparados para el contacto. No áun. Falta poco, pero no es tiempo. Ni es espacio. Falta poco. Miro alrededor, y sólo encuentro asombro. El viaje no se terminó, no aún. Recién comienza. Cuando suficientes preguntas se comienzan a acumular, esa voz comienza a retumbar. Un sonido arcaico, escaso de sagacidad. Pero lo escucho, entre el tumulto. Me llama, me busca. Me necesita, tanto como yo a él. Se hace más espeso, pero se clarifica. Pronto puedo tocarlo, saborearlo, respirarlo. Y luego ahí está. Justo en frente mío, sólo mirándome. El sonido no deja de incorporarse. Y la imagen lo acompaña. Los mejores amantes, sin duda. Y todo se esclarece, todo se vuelve realidad. Todo deja de ser para intimarme a no ser. Y el éxtasis, indescriptible como pocos, explota hasta los ojos cerrar. Al abrirlos, ya no queda nada más... sólo esa voz...

You are all my children now... you are all my children now... you are all my children now... you are all...


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