viernes, 2 de noviembre de 2007

Doesta


Son casi las nueve de la mañana. Que noche de mierda la de anoche, che. Mientras estuvieron las chicas, no dejé de pasarla bien. Fajitas y brownie de por medio, fue una noche especial, como hacía mucho no había.
Después que se fueron me quedé haciendo no sé qué en la computadora, y empezó mi malestar. Me fui a dormir y había un boludo en la calle tocando la bocina a mas no poder, o, en su defecto, el tren se cansó de boludear con la bocina. De boludearme a mi, que debo haber sido la única con insomnio, y encima un mambo bárbaro. Dicifil fue.
Hoy me "levanto", mas bien, salgo levitando del hermoso colchon y del acolchado de plumas (sí. además, me cagué de calor) y todo da vueltas por dentro. Para mi que la Coca estaba envenenada. O la palta muy verde, no se... pero estoy mareada, me duele todo, me duermo, tengo hambre, no tengo plata... y son recién las 9 de la mañana.

1 comentario:

fulano/martínvillarroel dijo...

sé de que se trata, tengo un amigo que siempre le pasa lo mismo...