miércoles, 7 de noviembre de 2007

Una luz para mis ojos

Una tarde te conocí. Era una tarde gris, amedrentada por el olor a ausencia. Quizás esa tarde no te presté atención, entre tanta amnesia emocional... Volví a encontrarte, unos días después. Y sentí que podía morir por vos en ese instante. Sentí esperanza, una que nunca había podido palpar. Una que me llenó el alma. Una que me dio ganas de volver.
Verte cada vez más niña me mantiene ahí. Verte cada vez me hace querer cada vez. Verte, sólo verte.
Deposito en tus ojos las lágrimas que no quiero llorar. Para que no crezcas en un río de dolor. Para que la angustia no llene tus días de preguntas sin respuesta. Para que tu sonrisa pueda renacer con cada primavera. Para que tus brazitos siempre encuentren refugio. Para que cada vez que precises, yo pueda estar.

No hay comentarios: